Marisa es una sevillana salerosa que necesitaba una marca que hiciera lo que hace ella: conseguir que saltes de la silla con una sonrisa de oreja a oreja.
El amarillo es el color del sol, de la luz, de la alegría, así que lo tuvimos claro desde el principio.
Qué bonito es crear marcas con tanta esencia, con tanta verdad y, a la vez, tan sencillas. Menos es más (que está muy trillado esto, ya lo sé, pero es que es una verdad como un templo). Y más en diseño, señores.
He tenido la oportunidad de seguir colaborando con Marisa después de crear su marca soy colaboradora en su comunidad visibilidad en femenino, donde doy alguna masterclass que otra (que maravilla las sinergias).
Marisa es una crack del marketing, especialmente de los eventos, así que ya te puedes imaginar las maravillas que hace con esa marca que creamos juntas.
Orgullo de diseñadora tengo.